Se la comí a mi profesor. El inicio de las clases siempre es emocionante. Se espera un año cargado de ilusiones, de ganas de aprender y de volver a juntarme con mis compañeros y compañeras de clase. AL estar tanto tiempo sin vernos, se nos paso el tiempo en la cafetería y llegué 5 minutos tarde a clase.
Buenos días ¿Puedo pasar? – Le dije al profesor
Profesor: ¿Por qué hasta ahorita?
Que sea la última y la primera vez que llegas tarde, la siguiente no te dejo pasar y que todos los alumnos lo tengan presente.- Dijo en voz alta
Pude entender que me uso para marcar las formas al resto de la clase pero me incomodo que fuera a mi.
Pasaron los días y lamentablemente su clase solo me daba dos veces por semana. Digo lamentablemente por que aunque me enfade con su primera reacción, debo de reconocer que llamaba mucho mi atención y la de otras compañeras. Los días que el impartía clase, todas las chicas íbamos super guapas a la universidad.
ero eran suficientes para poder verlo porque, aunque era un hombre súper fresa y payaso no niego que llamaba mucho mi atención y la de otras compañeras. Los días que tomaba su clase iba súper linda a la universidad, escogía un atuendo sexy pero discreto, ondulaba mi cabello, usaba un perfume delicioso y participaba durante toda la clase. Soy castaña, con buen físico. Sobre todo mis mis pernas y culo destacan mucho. Además soy muy coqueta y juguetona. Pero en sus clases, se veía que no era la única que quería destacar.
Por otro lado, cuando le tocaba revisarme mis trabajos se demoraba mucho en explicarme el mínimo error que tuviera. El profesor cuando me miraba, notaba que lo hacía con otros ojos. Incluso alguno de mis compañeros se percataron y me hacían burla diciéndome que le pidiera los exámenes.
El curso fue pasando y nuestras miradas cada vez coincidían más. Su trato fue cambiando y ahora era muy amable, coqueto y simpático. Al principio solo eran miradas porque ninguno de los dos se atrevía a mas. Poco a poco y con el trato de las clases, fuimos cogiendo mas confianza.
Pasaron 7 meses desde el primer día de clases y el profesor nos dejó el trabajo final del proyecto. Yo tenía ciertas dudas, así que al finalizar las clases del día fui a su despacho. Llegue y le pedí que me aclarara algunas dudas. El accedió a que pasara y cerré la puerta. debo de reconocer que fue muy atento y amable, me explico mis dudas alrededor de 20 minutos. De mientras, el me miraba, me sonreía y me observaba fijamente. Empezaba a ponerme muy nerviosa y yo quería que nos diéramos un beso.
Al ver que era demasiado prudente, poco a poco fui coqueteándole. Me mordía los labios al hablar, así que nos fuimos acercando más y más hasta que llego el beso tan buscado por mi. Fue tan intenso y apasionado! Nuestras lenguas se entrelazaban, a la vez que me besaba sus manos bajaron a mi culo y me lo apretaba las nalgas tan fuerte que me excitaba bastante. Sin poder evitar lo comencé a gemir. Los besos subían de tono en plan lascivos, nos mordíamos y mis gemidos ya eran incontrolables.
Baje mi mano a su miembro y sin pensarlo, comencé a tocárselo encima del pantalón.
El se bajo la cremallera, bajo un poco sus pantalones y bajo un poco su bóxer. De repente salió una tremenda verga dura, venosa y gorda.
Chúpamela, hazme lo que tanto he fantaseado. – Me dijo
Si profesor, sus deseos son ordenes.- Le dije muy excitada
Sin pensarlo me puse de rodillas y comencé a masturbarlo y a chuparle su cabecita mientras masajeaba sus testículos. Así fui subiendo la intensidad hasta que me la metí completa y no es que era fácil ya que su tamaño se prestaba a atragantarme. Su verga topaba en mi garganta, mientras entraba y salía y salivaba incesantemente. Se la chupaba como una joven experta en orales.
Que bueno me la estas mamando, cómetela toda amor. – Me decía
Si, le gusta Profesor ? Si lo hago mal avíseme.
Así esta tremendo, no pares. – Yo de mientras que se la comía a mi profesor, solo gemía y gemía.
Yo no paraba y le hacía de todo, él me cogía de la cabeza y el pelo y seguía metiendo toda su verga a mi boca. Sus gemidos eran música celestial para mis oídos.
Ay me voy a venir amor. – Me dijo
Como sabía que el profesor estaba a punto de venirse, comencé a chupársela más intensamente.
Me la comía a toda velocidad y lo acompañaba con mis gemidos…
Me voy a venir mi amor, sigue así así, sigue así. – Me decía con temblores fruto de su excitación.
Seguía comiéndomela toda, si parar. Poco a poco, su verga empezó a hincharse mas de lo que estaba.
Sentía que estaba a punto de explotar y sus pelotas se pusieron durísimas. De repente, empezó a dispararme toda su lechita caliente en mi boca. Mmmmm
Yo no paré ni un instante, seguí y seguí ya de forma mas suave y sin dejarle gota alguna…
Así fue como por primera vez, se la comí a mi profesor.